Tras éste análisis de la película, he visto con más claridad que es una gran película compuesta por grandes simbolismos donde Chaplin (como director y actor, cuya interpretación me parece genial) camufla hechos bastante duros con grandes gags muy memorables. De esta manera Chaplin ya se puede decir que se atrevía, en cierto modo, a dar sus ideales al público con sus obras maestras, mientras que no todo éste se daba cuenta y en ocasiones supongo que hasta se reirían de ellos mismos. Y sin duda, creo que cuando recuerde esta película, lo primero que se me vendrá a la cabeza será el momento en el que Charlot canta (a parte de otros) esa música tan pegadiza (...un gran compositor a fin de cuentas). Una película que recomiendo a todo el mundo, tanto para divertirse, como para darse cuenta de la visión de Chaplin de sus tiempos, y que al fin y al cabo no estaba tan equivocado.


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